miércoles, 26 de mayo de 2010

El Periodismo en peligro de extinción

Ayer se inauguraba en San Fernando (Cádiz) el Congreso Mundial de Periodismo al que acudirán durante toda la semana decenas de periodistas de ámbito internacional para aclarar y debatir sobre el futuro del periodismo.

En un tiempo en el que los medios audiovisuales e Internet se imponen casi de manera aplastante a la prensa escrita, el papel del periodista queda casi como una profesión en peligro de extinción. En España baja el número de lectores en cuanto a periódicos se refiere. Ahora es más cómodo conectarte a Internet en cualquier lugar y momento y acceder a la edición digital que además se actualiza de manera constante. Y esto puede ser un problema: el periódico impreso depende de la publicidad y de las ventas (aunque más de la publicidad) y la edición digital depende más de los anunciantes. Por eso se prescinde cada vez más de los trabajadores y los que mantienen su trabajo realizan multifunciones.

Y es más, esto para periódicos y cualquier tipo de ámbito periodístico: hoy en día parece que cualquiera puede ponerse delante de un micrófono, una cámara o escribir una buena crónica. No digo que no, pero los hay que estudiamos 3, 4 ó 5 años para trabajar en esto y no es justo que alguien por ser mono o por aumentar la audiencia de múltiples métodos (imaginaos vosotros los que queráis) tenga un mejor puesto que tú.

Ese es el mundo laboral de los medios de comunicación en nuestros días. El intrusísmo profesional aumenta cada vez más. Poned la tele, que es el caso más claro, y contad los periodistas en los programas que pintan como de actualidad. Os sobran dedos. Desde el famosillo de turno, a la guapa que se pone a leer un guión y ya lo tiene todo resuelto.

Y no me quejo por eso, me quejo porque ponerse delante de la tele, la radio o simplemente un blog como este no consiste en llegar y despotricar o inventarse cosas para rellenar minutos o tener más audiencia. Un periodista trabaja para contar una realidad cada vez más desfigurada por personajes que simplemente están donde están para llenarse el bolsillo.

Yo no sé cómo sería antes, pero miedo me da salir al mundo laboral y encontrarme en paro por querer contar algo que no me está permitido porque a cuatro tipos/as no les interese. Se ha perdido las ansias por conocer cosas, nos vale lo que nos cuentan, lo que nos dicen por muy descabellado que sea y creo que nos estamos convirtiendo en una sociedad cuadriculada, en un rebaño de ovejas dirigidas por cuatro pastores que nos guían a su antojo.
No quiero pertenecer a ese rebaño, quiero ser libre de pensar y decir lo que quiero sin miedo a que sea diferente o a que me censuren.

Me quedo con unas declaraciones dichas ayer por el periodista José Luis Cebrián y que define muy bien la idea que tengo yo sobre esta maravillosa profesión: "El periodista debe servir a la comunidad para interpretar lo que está pasando y para hacer saber lo que el poder no quiere que se sepa. El periodista siempre debe contar la verdad".

La reflexión sobre esto queda ahora en vuestras manos.

2 comentarios:

  1. Y en este "guirigay" nos hemos introducido nosotras sin reflexionar en lo que nos espera... pero, en algunas circunstancias, la pasión por lograr ser periodista, por hacer realidad tus juegos infantiles vence a cualquier posible atisbo económico, quizás negro, en nuestro futuro.
    Creo, y cada vez estoy más segura, que a consecuencia de la expansión acelerada a pasos agigantados del capitalismo, lo que prima en esta "nueva sociedad" (aunque lleva ya unos añitos afianzada en nuestro mundo) es la rentabilidad económica: la profesionalidad, y en mayor medida la de los medios de comunicación audiovisuales, queda relegada a un segundo plano. Un segundo plano poco favorable, por no decir nada, en cuanto a calidad de contenidos si tenemos en cuenta que esta información, elaborada por estos "no periodistas", es la que va a permitir la formación de una perspectiva o visión propia de la realidad actual en el pensamiento crítico de los individuos.
    Parémonos a pensar por un momento: ¿Qué pasaría si yo, licenciada en periodismo, algún día de mi vida ejerciera como cirujana en un centro sanitario? ¿Qué sucedería si yo, periodista de profesión, defendiera, en términos legales, un caso en la Aundiencia Nacional? La opinión pública se pronunciaría al respecto, estoy segura (ya ha habido algunos casos, como en la cirugía plástica); sin embargo, en el tema que nos ocupa la opinión pública responde consumiendo a gran escala (sólo hay que ver los índices de share de algunos programas que funcionan en este calibre) esos contenidos nefastos.
    Entonces mi pregunta es, ¿la sociedad está legitimando el intrusismo laboral en el periodismo? Ahí lo dejo.

    :)

    Perdón por la parrafada... pero este tema me enerva. Has tocado un punto fuerte en mí.

    Un besooo!

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  2. Es curioso leer lo que dice Cebrian cuando ha permitido lo que ha permitido en su emisora de radio. En fin!!! como dicen los catalanes la pela es la pela!

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