El primer paso...

El primer paso lo ha dado Lleida. La ciudad catalana es la primera en España en prohibir el uso del burka en los espacios públicos como centros educativos, culturales o deportivos. Tras una votación, el consistorio ha aprobado esta medida que se cree que puede extenderse a otros municipios. Ahora queda en manos de la Generalitat y el Gobierno legislar esta cuestión.

El consistorio afirma que esta medida tiene como finalidad defender la plena igualdad y la convivencia, además de evitar la sensación de inseguridad que genera no ver el rostro de la persona, casi parecido a la sensación que genera caminar por la calle y cruzarte con un hombre encapuchado.

El colectivo musulman, que se siente atacado, denunciará esta medida ante el Tribunal Constitucional por atentar, según ellos, a la libertad religiosa. Religiosa no sabemos si será o no pero el responsable de la Comunidad Islámica a Lleida, Abdul Karim, ha declarado a Europa Press que con mostrar el carné es más que suficiente para identificarse y que la mujer cuanto más se cubre más obedece a Alá y a su marido. Añade después que en ningún momento son obligadas a llevarlo.

Dos bandos enfrentados que prometen generar mucha polémica y más cuando la medida se extienda al resto de España y de Europa ya que el presidente Nicolás Sarkozy ha prohibido el uso del burka por las calles de Francia.

Este tema es muy fácil en lo que entiendes estas cuestiones básicas. En España hay unas leyes y normas básicas, que hay que cumplir. Las mujeres somos IGUALES ante los hombres y no se tolerará la subordinación de ésta ante ningún varón sea cual sea su condición.
En lugares públicos no está bien visto cubrirse, al igual que no es de buen educados presentarse a una oficina bancaria o parecidos con gorra, o algún tipo de capucha, mucho menos con una prenda que cubre la cara en su totalidad.
Los símbolos religiosos se quedan en casa, salvo casos como monjas o sacerdotes que se pueden considerar como uniformes. Igual que se han prohibido las cruces en colegios u hospitales públicos.

Lejos de todo lo religioso, las normas cívicas y de convivencia son, para la gran mayoría de los ciudadanos, las más importantes a cumplir. Muchos alegan no entender cómo en sus países un español no puede ir en tirantes o pantalones cortos y ellos sí pueden ir tapados en el nuestro. Ojo, que nada tiene que ver con discriminaciones o racismos, simplemente es tan fácil como Adaptarse al lugar donde vives: donde fueres, haz lo que vieres.

En mi opinión es un tema que no tengo nada claro. No apruebo el uso de aquellas prendas que atenten a la dignidad de la mujer o la discrimine. No apruebo que el colectivo musulmán quiera denunciarlo, porque han venido a un país que no es el suyo y cuyas costumbres son distintas a las suyas y como tal deben respetarlas les guste o no. Pero cuando se apela a lo religioso no entro en debate, por desconocimiento o por respeto.

Un tema peliagudo listo para el debate. Y va para rato.